–Tus ojos. Tienen ese brillo
que me encanta.
–¿Brillo?
–Sí, el de tus ojos. Todos
tienen un brillo en su mirada; unos más que otros. Los tuyos brillan más que
los de nadie que conozca.
»Hay una explicación, desde
luego: los párpados son los que humedecen los globos oculares y por eso siempre
lucen brillosos. Pero eso no explica porqué unos brillan más que otros. La
verdadera razón tiene que ver con la inteligencia, la virtud, la conciencia. Sí, claro, el brillo es señal de
que tu cuerpo aún funciona, pero eso no quiere decir que estés vivo. Aunque no
lo creas, hay gente más viva que otra. Muchos, incluso, están muertos y no lo
saben. Lo notas en el brillo de los ojos. Tú eres la persona más viva que
conozco. Inteligente, sabia, virtuosa, consciente. Por eso tus ojos son
hermosos. Es la conciencia de la vida lo que la otorga, pienso yo. Hay quienes no
les interesa vivir, no tienen idea del regalo que poseen, viven para los
placeres de la carne y nada más, por eso
tienen la mirada vacía, muerta.
»¿Comprendes lo que te estoy
diciendo? Espero que sí, porque quiero que veas mis ojos y me digas qué tanto
brillan. ¿Cuánta inteligencia, virtud o conciencia ves en ellos? Dime tú qué
tan vivo estoy yo.
»No te preocupes, ya sé que no
puedes. Tienes miedo, es natural. Pero yo te lo diré: Mis ojos son como dos
piedras preciosas: tienen un color poco común y eso los hace llamativos, pero están
muertos. Apenas brillan para anunciar que todavía respiro. No hay conciencia en
ellos, no hay vida, no hay nada. Sólo son dos bolsas de gelatina que por la
peculiaridad de su color verde llaman la atención de la gente, y la hipocresía.
¿Pero qué saben lo muertos acerca de la vida, eh? Y quieren hablarme de
belleza. ¡Imbéciles!
–¿Qué harás conmigo?
–Eres la persona más viva que
conozco, pero no muy perspicaz por lo visto. Sacarte los ojos, desde luego. Para
empezar.
¡Me gustó! Ingredientes de terror, algunas frases románticas y un final que me dibujó una sonrisa.
ResponderBorrarMuy bueno.