Arañazos

El reloj marca poco más de las tres y media de la mañana cuando la joven despierta. 
Intranquila mira a su alrededor sin saber exactamente por qué lo hace, y por alguna razón siente la necesidad de recoger los pies bajo la sábana. Incómoda, permanece en silencio durante largos minutos hasta que finalmente logra conciliar el sueño de nuevo.
Ella no lo sabe, pero aquello que la despertó fue el peso de una mirada; la mirada de alguien que está al pie de su cama: Satanás.  
El Diablo la observa fijamente. Hay anhelo en su semblante, sus ojos brillan de codicia. Se acerca un poco más a la cama para ver a la joven de cerca. Esto hace que la chica se inquiete en su lecho y gima, seguramente una pesadilla la acosa.
El Demonio retira la sábana que cubre a la joven y contempla fascinado su cuerpo. Por diversión, hace que despierte y lo mire. Antes de que ella logre salir del letargo y asimile lo que sus ojos ven, el Diablo lleva un largo dedo a sus labios en señal de silencio. Ella lo obedece, mas no por voluntad propia. Su cuerpo está paralizado. En su garganta se forma un grito de horror que no puede ser liberado.
En un pestañeo, Satanás remueve el piyama de la joven, dejándola desnuda. Ésta llora en silencio, las lágrimas escurren por sus ardientes mejillas.
–Hay un lugar en el infierno reservado especialmente para ti –dice Lucifer –No veo la hora en que estés ahí; hay mucho que quiero hacer contigo.
Con una larga y afilada uña de nueve pulgadas, el Diablo recorre la anatomía de la joven. El pecho, el vientre, los brazos, el cuello. No hace suficiente presión como para herirla, pero ella siente ardor al contacto.
–Así –dice él–, con pequeño cortes, comenzaré a explorar tu carne. Serán profundos, no caricias como estas. Me tomaré mi tiempo para conocerte a fondo. Podré ver tu corazón, besar tus huesos, morder tu mente.    
Satanás le explica que es precisamente la carne inocente su favorita, la que más disfruta herir, cortar, devorar. Una y otra vez.      
–Eres mía –le dice y le explica por qué.  
Hace mucho tiempo, el abuelo del abuelo del abuelo de la joven, hizo un pacto con el Diablo: poder y riqueza a cambio del alma de uno sus hijos, y la del hijo de éste, y la del hijo de éste… Cien generaciones fue el trato.
Lucifer ha hecho infinidad de tratos similares. El sacrificio de un hijo es infinitamente más valioso que el propio. Consta en la Biblia. Y si bien disfruta martirizar a los culpables, más disfruta, muchísimo más, atormentar a los inocentes.
De la misma manera en que hizo desaparecer el piyama, el Diablo lo hace aparecer de nuevo. Susurra al oído de la joven algunas palabras y finalmente le induce un profundo sueño.
El reloj despertador suena a las siete de la mañana y la joven despierta conmocionada por una horrible pesadilla que tuvo. Un monstruo la torturaba de manera cruel, y cuando despertó en medio de la noche, lo tenía sobre ella. Pero luego volvió a despertar. “Es espantoso cuando el sueño te juega esas bromas –piensa–, en que piensas que despiertas pero en realidad sigues soñando”.
“Pero gracias a Dios, todo fue un sueño”, se dice a sí misma al tiempo que se levanta de la cama. Para cuando entra al cuarto de baño, la pesadilla se ha esfumado de su mente. Nunca pasó.
Al verse en el espejo maldice con fastidio. Odia despertar con los ojos hinchados y lagañosos, como si hubiera llorado toda la noche. Y más aún odia amanecer con esos extraños arañazos por todo el cuerpo. Los tiene en el pecho, el vientre, los brazos, el cuello. Sin duda ella misma se los hace mientras duerme, pero no se explica cómo. A veces son larguísimos; empiezan en los tobillos y terminan en su cadera. A veces los tiene en su espalda, donde no puede alcanzarse. Es algo que le pasa desde niña. También le ocurría a su madre.

7 comentarios:

  1. Buena historia de posesión. Me ha gustado la descripción del grito insonoro porque creo que es el grito más aterrador. Un saludo

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  2. Muchas gracias por tu comentario, Ana Lía

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  3. Escalofriante, Carlo.
    Me gustó mucho lo de la uña de nueve pulgadas ;)
    También el "Gracias a Dios, todo fue un sueño". No creo que haya estado él en la escena.
    Muy potente el "besar tus huesos, morder tu mente"
    Un relato lleno de momentos brillantes, para leer mientras se escucha NIN.

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  4. El diablo se deleita mas con las almas inocentes, me gustaron las imágenes citadas en el comentario anterior, son poderosas. Disfruté mucho de tu relato.
    Feliz viernes.

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  5. Un buen relato de terror. Los terrores nocturnos son un clásico.

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  6. Absolutamente aterador, un clásico sin caer en tópicos y, si me lo permites, parace enteramente la obra de un demente. :D Un relato excelente Carlo!

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  7. Una buena lectura para antes de ir a la cama. Me encantó como has presentado al diablo. Un saludo..

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