Intranquila mira a su alrededor sin saber exactamente por qué lo
hace, y por alguna razón siente la necesidad de recoger los pies bajo la
sábana. Incómoda, permanece en silencio durante largos minutos hasta que
finalmente logra conciliar el sueño de nuevo.
Ella no lo sabe, pero aquello que la despertó fue el peso de una
mirada; la mirada de alguien que está al pie de su cama: Satanás.
El Diablo la observa fijamente. Hay anhelo en su semblante, sus
ojos brillan de codicia. Se acerca un poco más a la cama para ver a la joven de
cerca. Esto hace que la chica se inquiete en su lecho y gima, seguramente una
pesadilla la acosa.
El Demonio retira la sábana que cubre a la joven y contempla
fascinado su cuerpo. Por diversión, hace que despierte y lo mire. Antes de que
ella logre salir del letargo y asimile lo que sus ojos ven, el Diablo lleva un
largo dedo a sus labios en señal de silencio. Ella lo obedece, mas no por
voluntad propia. Su cuerpo está paralizado. En su garganta se forma un grito de
horror que no puede ser liberado.
En un pestañeo, Satanás remueve el piyama de la joven, dejándola
desnuda. Ésta llora en silencio, las lágrimas escurren por sus ardientes mejillas.
–Hay un lugar en el infierno reservado especialmente para ti
–dice Lucifer –No veo la hora en que estés ahí; hay mucho que quiero hacer
contigo.
Con una larga y afilada uña de nueve pulgadas, el Diablo recorre
la anatomía de la joven. El pecho, el vientre, los brazos, el cuello. No hace
suficiente presión como para herirla, pero ella siente ardor al contacto.
–Así –dice él–, con pequeño cortes, comenzaré a explorar tu
carne. Serán profundos, no caricias como estas. Me tomaré mi tiempo para
conocerte a fondo. Podré ver tu corazón, besar tus huesos, morder tu mente.
Satanás le explica que es precisamente la carne inocente su
favorita, la que más disfruta herir, cortar, devorar. Una y otra vez.
–Eres mía –le dice y le explica por qué.
Hace mucho tiempo, el abuelo del abuelo del abuelo de la joven,
hizo un pacto con el Diablo: poder y riqueza a cambio del alma de uno sus
hijos, y la del hijo de éste, y la del hijo de éste… Cien generaciones fue el
trato.
Lucifer ha hecho infinidad de tratos similares. El sacrificio de
un hijo es infinitamente más valioso que el propio. Consta en la Biblia. Y si
bien disfruta martirizar a los culpables, más disfruta, muchísimo más,
atormentar a los inocentes.
De la misma manera en que hizo desaparecer el piyama, el Diablo
lo hace aparecer de nuevo. Susurra al oído de la joven algunas palabras y
finalmente le induce un profundo sueño.
El reloj despertador suena a las siete de la mañana y la joven
despierta conmocionada por una horrible pesadilla que tuvo. Un monstruo la
torturaba de manera cruel, y cuando despertó en medio de la noche, lo tenía
sobre ella. Pero luego volvió a despertar. “Es espantoso cuando el sueño te
juega esas bromas –piensa–, en que piensas que despiertas pero en realidad
sigues soñando”.
“Pero gracias a Dios, todo fue un sueño”, se dice a sí misma al
tiempo que se levanta de la cama. Para cuando entra al cuarto de baño, la pesadilla
se ha esfumado de su mente. Nunca pasó.
Al verse en el espejo maldice con fastidio. Odia despertar con
los ojos hinchados y lagañosos, como si hubiera llorado toda la noche. Y más
aún odia amanecer con esos extraños arañazos por todo el cuerpo. Los tiene en
el pecho, el vientre, los brazos, el cuello. Sin duda ella misma se los hace
mientras duerme, pero no se explica cómo. A veces son larguísimos; empiezan en
los tobillos y terminan en su cadera. A veces los tiene en su espalda, donde no
puede alcanzarse. Es algo que le pasa desde niña. También le ocurría a su
madre.
Buena historia de posesión. Me ha gustado la descripción del grito insonoro porque creo que es el grito más aterrador. Un saludo
ResponderBorrarMuchas gracias por tu comentario, Ana Lía
ResponderBorrarEscalofriante, Carlo.
ResponderBorrarMe gustó mucho lo de la uña de nueve pulgadas ;)
También el "Gracias a Dios, todo fue un sueño". No creo que haya estado él en la escena.
Muy potente el "besar tus huesos, morder tu mente"
Un relato lleno de momentos brillantes, para leer mientras se escucha NIN.
El diablo se deleita mas con las almas inocentes, me gustaron las imágenes citadas en el comentario anterior, son poderosas. Disfruté mucho de tu relato.
ResponderBorrarFeliz viernes.
Un buen relato de terror. Los terrores nocturnos son un clásico.
ResponderBorrarAbsolutamente aterador, un clásico sin caer en tópicos y, si me lo permites, parace enteramente la obra de un demente. :D Un relato excelente Carlo!
ResponderBorrarUna buena lectura para antes de ir a la cama. Me encantó como has presentado al diablo. Un saludo..
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