Ana estaba muy emocionada pues ésta sería su primera vez en jugar a la
ouija. Por supuesto, también tenía miedo.
Sus nuevas
compañeras también parecían estar entusiasmadas; habían apagado las luces y
puesto veladoras en la habitación, como si aquella antigua casa de más de cien
años de antigüedad necesitara más ambientación para lucir tétrica.
Todas ellas
estaban al tanto de la historia oscura de aquella residencia: el padre que se
volvió loco y mató a sus nueve hijos y los extraños ruidos que se escuchan en
los pasillos y habitaciones desde entonces. Que la casa estuviera embrujada no
había duda; lo que sí es un misterio es quién en su sano juicio había decidido
convertir aquella mansión en una escuela de danza para adolescentes.
Las
jovencitas reunidas en torno a la ouija sabían que en esa habitación donde se
hallaban había una presencia sobrenatural muy fuerte que buscaba comunicarse
con ellas, por lo que colocaron sus dedos sobre el triángulo e hicieron la
primera pregunta: ¿Fuiste asesinado o asesinada en esta casa?
Tímidamente
Ana puso sus dedos en el triángulo y respondió que sí.
hfhf
ResponderBorrarOh, no lo sabía. Ayer leí algo semejante en nexter.org/es/
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